Leo
mientras la voz de Whitney Houston aparece detrás de los poemas y se suma como
otro instrumento a una canción. La música me colma, y de pronto, tengo el
susurro de versos que se montan a las notas de un saxo que me cantan: “un
taladro que rota/en el vacío”, un poco de lenguaje que trastoca el vacío
como I will always love you transformaba por completo una
fiesta de quince en los 90'.
Entro entonces hacia ese gran silencio de salón de
fiesta sin música y avanzo y me muevo de a poco con unos pasos de baile. Si me
apuro, si olvido llenarme la boca con el poema, leo: “Hay personas que
hablan demasiado” y me calmo inmediatamente en las estelas de esas
palabras talladas, finísimas, que me recuerdan por qué se llaman lentos esos
bailes.
En De fondo suena siempre Whitney Houston (Salta el Pez Ediciones) también aparecen, como en un gran festival, Janis Joplin, Silvio Rodríguez, Luis Miguel y los Guns N' Roses. Y es un gran festival por la pluralidad y la diferencia de esos cantos que recolecta. Basta observar sino el poema “Guarania”. Todas esas voces de una generación guardadas en una caja de musical, llena de ecos y de cruces de un pasado que apenas se fue y que es posible encontrar para bailar un poco. La voz, colmada de voces. La voz como el momento de escucha donde se hace el encuentro: no para ir lejos, para ir cerca.
En De fondo suena siempre Whitney Houston (Salta el Pez Ediciones) también aparecen, como en un gran festival, Janis Joplin, Silvio Rodríguez, Luis Miguel y los Guns N' Roses. Y es un gran festival por la pluralidad y la diferencia de esos cantos que recolecta. Basta observar sino el poema “Guarania”. Todas esas voces de una generación guardadas en una caja de musical, llena de ecos y de cruces de un pasado que apenas se fue y que es posible encontrar para bailar un poco. La voz, colmada de voces. La voz como el momento de escucha donde se hace el encuentro: no para ir lejos, para ir cerca.
Selección de poemas
¿En
qué puedo ayudarla?
anoche
manejé
sin los lentes, cansada
dolorida
hasta
una farmacia
de
guardia y había un pibe
delgado
como un hilo
con
las manos finísimas y unos ojos de pájaro
salvaje
enredado en su delantal
ridículo
como
tu traje de repositor
cuando
te conocí
y
los ojos abiertos surcándole
los
bordes de las sienes
igual
con
la nariz de águila igual
y
también
era
tímido
No
desaparecen las plazas en
invierno
A Tamara, que
habla poesía.
Ella
me dijo vamos a la plaza
yo
dije que era el día más frío
en
veinticinco años
que
lo decía el pronóstico que lo decía
la meteoróloga pero ella
me arrojó su lanza tibia
-no desaparecen las plazas en
invierno
y
la frase, cortante entre los muebles
se
me instaló en los treinta
años
del cuerpo
y
pensé en la plaza del cañón en Lomas
del
Mirador
había
una calesita
estilo
parisino con luces había flores
pequeñas
que se abrían de noche
la
casa de mi tía con un pasillo al fondo
y
la casa
de
la pobre Hermelinda
con
sus paredes húmedas cayendo
sobre
los guisos dulces
y
la nieve de julio en 2007
sobre
Mosconi sobre el hombre
muy
alto que yo quise
hasta
cubrirlo
hasta
volverlo plaza
nevada
Pitonisa
La
mujer de la feria dijo que la melisa
no arroja
sus aromas si no está
enojada
tiene unas
manos duras
callosas
y entremezcla
los dedos
en los
tallos con la violencia exacta
hasta hacer
despuntar
el
olor fresco
Me dice que
si tengo
alguna
planta mala
se
la traiga
Envuelvo
la begonia aletargada
la llevo
hasta la feria como quien lleva niños
enfermos,
o calandrias
heridas
Ella entonces
desprende la maceta
de la
tierra y me mira
con cierta
compasión
La planta está sufriendo
porque tiene gusanos
en las raíces
señora
Ceremonias
I
Alquilamos salones con máquinas de humo
y si eso no se puede entonces una
sociedad de fomento
recibimos tarjetas, compramos
el vestido el esmoquin
los tiradores aros con strass
resucitamos cada aniversario
una mitología
hecha de mazapán y vino tinto
somos insectos dulces
nadando en la bañera
de fondo suena siempre
Whitney Houston
and i
will always
love you
my darling you
II
Voy, maquillada
como una muñeca
al casamiento
de una prima
llevo un escote
corazón, los tacos
son esquirlas
que se hunden en el pasto
el cura
está en camino
lo imagino
bajando de un helicóptero
como el dios de
su máquina
sotana al
viento
con la mitra y
el báculo
y pienso en Sor
Juana, en María
Magdalena, en mi prima
debajo de los
kilos de tela
del vestido
es el cuerpo de dios
es tu sangre y mi sangre
dice su
santidad
yo permanezco
sentada o lanzo
arroces
con mis manos esmalte ónix calcio
en la pista de baile
desenrosco
mi empatía como una madreselva
que envuelve
hasta cubrirme las ideas
y me dejo
menear
un taladro que rota
en el vacío
III
Por suerte hay un momento de la fiesta
en que puedo decir tengo que irme
me encantaría quedarme pero
tengo que irme
y sonreír
como si me alegrara alguna cosa
mucho
cuando llego me saco los zapatos
pongo una pava al fuego
asisto al rito
del vapor del silencio
del té negro
y arrojo
sal marina en el fondo
de mi balsa dejo correr las ondas
me sumerjo
aguaviva
aguas arriba
Un poco de amor
francés
Hay personas
que hablan demasiado
dijo mientras
enroscaba una lámpara que había instalado en mi
habitación un hilo de sudor
caía por la delgada
espalda
amasó panes
(parecían nubes)
y
yo pensé: podría acostumbrarme
a este tipo
de cosas
Pola Gómez Codina
(Argentina, Ramos Mejía, 1982). Es profesora de Castellano, Literatura y Latín
por el Joaquín V. González y especialista en Literatura y Lenguajes Audiovisuales
por el IES Mariano Acosta. Se formó también en los talleres de escritura de los
poetas Osvaldo Bossi y Florencia Fragasso. Actualmente cursa una Maestría en
Escritura Creativa en la UNTREF. Integra el colectivo de poetas Máspoesía, cuyo objetivo es difundir
poesía contemporánea. Ha sido antologada en la plaqueta Ellas por ellas (Clara Beter Ediciones, Argentina, 2019) y en el
libro Sayana: voces del agua
(Sombragrís, Ecuador, 2019). Este año publicará su primer libro, De fondo suena
siempre Whitney Houston, por la editorial Salta el pez.